Aunque parezca curioso, hasta el siglo XVIII en occidente las alfombras no cubrían los suelos, sino las paredes y las mesas. Fue con la apertura de las rutas comerciales que llegaron los modelos persas y empezó a extenderse la costumbre de adornar los suelos de habitaciones y pasillos con estos tupidos tapices, que además de decorar preservaban el calor. Con un diseño moderno, pero siguiendo las técnicas de fabricación tradicionales, las alfombras de Angelo llegan para vestir las casas más contemporáneas. Tejidas a mano en la India y el Nepal, su textura suave y cálida es perfecta para prepara la casa para la llegada del frío. ¡Pon una alfombra en tu vida!