Aunque no existe un origen concreto que explique la tradición del árbol de Navidad, a lo largo de la historia diferentes culturas han venerado a sus dioses y celebrado sus fiestas decorándolos con todo tipo de objetos. Símbolo inequívoco de las fiestas, un año más llega preparado para convertirse en el rey del salón, junto con un montón de adornos únicos que llenarán la casa de magia en un abrir y cerrar de ojos. Bolas, estrellas, renos, copos de nieve, adornos con forma de hoja seca e incluso de esquís o botas de patinaje sobre hielo… Detalles entrañables en los tonos tradicionales –rojo, blanco y verde- para decorar todas sus ramas y cada rincón.