Érase una vez una reina que, cosiendo, se pinchó y vio cómo su sangre cayó en la nieve. Fue entonces cuando deseó tener una hija con la piel blanca como la nieve, los labios rojos como la sangre y el pelo negro como la noche. Y su deseo se cumplió, naciendo una preciosa niña a quien llamaron Blancanieves. Pero la bondadosa reina moriría poco después y el rey acabaría casándose con una mujer tan bella como malvada. ¿Te gustaría continuar rememorando este cuento de hadas? Acompáñanos en nuestro viaje por aquel lejano reino a través de esta deliciosa colección de muebles y accesorios blancos como la nieve.