Por su pureza, su luminosidad, su eterna elegancia… el blanco es uno de los grandes protagonistas del mundo de la decoración. Las paredes han sido siempre sus grandes aliadas, pero el mobiliario y los complementos también han sucumbido a su atractivo en su vertiente más dulce. Esta colección mezcla piezas teñidas en blanco puro con una esencia clásica y romántica. Mesitas, consolas, vitrinas, colgadores y lámparas en dulce aire country que encuentran su mejor compañía en los detalles ilustrados con motivos florales campestres. Cajas, lecheras decorativas, cubos, regaderas, cuadros y relojes vintage en tonos azules y pinceladas en rosa, rojo o lavanda ponen la nota más bucólica a esta encantadora selección.