Altas y majestuosas montañas esconden una cabaña natural de la que no querrás salir. Tal vez sea por sus acogedores tonos tierra, por la suavidad de sus tejidos gustosos, por la calidez de sus materiales nobles o, como no, de los cuernos. ¡Son los protagonistas! No hay duda, con el invierno ya estrenado, la opción de convertir nuestra casa en un cálido refugio se convierte en una necesidad.