La imaginación no tiene límites y, puestos a inventar, recreamos mundos (y espacios) que si realmente existieran viajaríamos hasta ellos con los ojos cerrados. Es el caso de una fantástica selva que solo nosotros tenemos acceso. Entre palmeras, flores, aves y accesorios de tintes exóticos se encuentran piezas teñidas de rosa. ¡Bienvenido a nuestra selva monocroma!