A veces sólo es necesario un detalle para sentir la delicadeza. Un chandelier brillando sobre la cama, una jaula apresando unas flores, un portafotos junto al escritorio, un mural de fantasía, una consola blanca en el recibidor… Si quieres dar un toque nostálgico con sabor a romance de fin de verano a tu casa no pierdas detalle a esta colección donde el cromatismo neutro de blancos y cremas se combina con la suave apariencia del metal y la madera envejecida. Piezas diseñadas para seducir con su pureza hasta el último rincón del dormitorio o el salón.