Si hay un barrio cool en Londres, ese es Dalston. Tiendas orgánicas, cafeterías monísimas y hasta restaurantes que crían sus propias gallinas le han merecido el amor inconmensurable de todo moderno que se precie. De esencia puramente industrial, los detalles vintage se entremezclan con soltura con cestas y sillas de metal y mobiliario fabril. Eso sí… ¡Alerta! Hipsters a la vista.