Cuando los clásicos de cada década se unen, de repente se convierte en un momento histórico. Un triunfo de la mezcla de los iconos atemporales que no solo triunfaron al nacer, sino que siguen siendo grandes referentes y piezas clave en la decoración. Así, un chester capitoné rescata su herencia inglesa más aristocrática, mientras los muebles de TV y las butacas se inspiran en el look Mad Men y las mesitas auxiliares resplandecen con el aire scandi. Los cuadros vintage evocan la esencia très chic más parisina de principios del siglo pasado, mientras las lámparas flexo se envuelven en un halo industrial que surgió allá en los años 50 en Nueva York. Una receta con los mejores ingredientes de todos los tiempos que, simplemente, resulta de una elegancia que se muestra tan natural como eterna.