El bullicio de la ciudad y los ajetreados días de estresante trabajo piden a gritos un pequeño paréntesis en el tiempo para poder desconectar. Por eso aprovechamos estos días de fiestas para desconectar en una auténtica casa de pueblo donde todo se detiene. Disfrutando del olor a pino, la calma del campo y los deliciosos atardeceres mientras pasamos unos días en familia. Estas fiestas, las pasamos en el campo.