No solo se trata de las propiedades calmantes del aceite esencial y del aroma relajante de esta planta mediterránea. Sino también de su embriagadora belleza. La lavanda en flor es uno de los más bellos paisajes que nos regala la naturaleza. Viajar a la Provenza cuando los campos florecen es una delicia para el espectador, pues tinta y perfuma los campos con su color y su fragancia exquisita. Su encanto único transformado en delicados dibujos es el broche de oro y el leitmotiv de esta colección de maceteros, regaderas, cubos decorativos, carteles, colgadores, relojes y piezas de vajilla que parecen sacados de una pequeña casa en medio de la Provenza. Piezas tan bonitas como la propia naturaleza, con un toque rustic-chic cautivador.