Una calle adoquinada flanqueada por pequeñas casas adosadas de dos pisos con techo abuhardillado. El frescor del aire de las colinas se abre camino entre el entramado de una pequeña ciudad de principios del XIX que, sin aún saberlo, se convertirá en una gran urbe. Este es el escenario en el que abre sus puertas una encantadora boutique con preciosos escaparates llenos de delicadas piezas y objetos vintage. Antiguos calendarios y carteles, finas vajillas de porcelana en blanco, bomboneras de cristal o cajas y pizarras de madera adornadas con lavanda transforman esta selección en el paraíso de la elegancia más nostálgica.