Ibiza al natural
Viajamos hasta Ibiza, la isla pitiusa que es sinónimo de relax y libertad, para descubrir una decoración autóctona vinculada a la esencia mediterránea, el azul marino más intenso y la luminosidad de un sol que despierta todos nuestros sentidos.

Jardín secreto
Entrar en los Jardines de Palerm es sumergirse en un entorno dulce, lleno de romanticismo y con sabor a historia. Situado en una finca del siglo XVII, este hotel boutique respira calma en medio de la palpitante Ibiza de fiestas nocturnas y playas concurridas. Un oasis de paz en medio de una isla rebosante de vida.

Made in Ibiza
Paredes de piedra o encaladas, naturaleza autóctona y azul mar en las carpinterías caracterizan a esta finca integrada totalmente en el paisaje tanto en el exterior como en el interior, respetando los colores agrestes de la isla. Un ejemplo de lujosa sencillez adaptada al lugar.

Grandes obras
La obra es uno de los elementos que integra mejor la casa en el entorno ibicenco. El blanco, color emblemático de la isla, está presente no solo en los sofás y muebles de obra, sino también en las piezas sueltas como la mesa de centro. El contraste viene dado por los toques contemporáneos.

Simplemente genial
La blancura del algodón cubierto por una colcha beige está en sintonía con el resto de la decoración. En cuanto a los muebles, esta vez se ha optado por la madera natural imitando los colores del paisaje. Mesillas y armarios con formas escuetas y rectas componen toda la decoración.

Al natural
El exterior del hotel está lleno de rincones de ensueño que invitan al dolce far niente. Simples y austeros, los decoran muebles de obra y piezas en madera en bruto. En cuanto a la iluminación, por todas partes cuelgan faroles y farolillos que convierten la noche en una mágica velada.

Azul mediterráneo
Azul cielo, azul mar, azul piscina. Todas las tonalidades se funden para contrastar con el blanco ibicenco de las camas y los muros encalados. Una pieza de piedra con pequeñas hornacinas sirve de práctico toallero. Y al fondo, el paisaje verde de la isla. Un buen combinado para las noches estrelladas.
Fotos: © Montse Garriga