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Los saleros de cocina son piezas indispensables en cualquier cocina. Aunque le pongas a la comida poca sal, siempre es bueno contar con uno en casa para aderezar tus recetas. Además, es algo poco estético tener la sal puesta en la cocina con el tarro que traemos directamente del supermercado. Es mejor, y da igual si lo tienes o no la vista, contar siempre con un salero algo más estilizado.
Como los molinillos de especias, o los morteros de cocina, los saleros, también necesitan un hueco en este espacio de la casa. Puedes ponerlos en estantes, en muebles de cocina o justo encima de la encimera. Si optas por una opción donde sea visible, es mejor que apuestes por un salero decorativo. Y si ya decides contar con un juego de salero y pimentero será lo más.
La suerte es que hay muchos tipos de saleros, ¡más de los que piensas! Estos son algunos de los saleros más habituales:
Un objeto de este estilo proporciona sobre todo practicidad a la hora de cocinar y de aliñar nuestros platos. Te enseñamos las tres grandes ventajas de tener uno de ellos como utensilio de cocina:
¿Te ha gustado la idea de decorar la cocina con un salero? Ya sabes que además de súper prácticos, pueden ser un gran complemento a la hora terminar la decoración del espacio. Si quieres uno original, puedes encontrar una gran variedad en Westwing. ¡Sumérgete en nuestra página web y descubre aquel que es para ti!