La filosofía de diseño de Bloomingville se puede transmitir en pocas palabras: simplicidad y amor por el diseño en la vida cotidiana. Su diseño se basa en los acabados suaves, luminosos y un estilo nórdico muy acogedor que, juntos, crean una sensación relajante. El objetivo es muy claro: hacer que la casa se vea sorprendentemente renovada y un poco más feliz.