Formas curvadas, intrincados acabados, tonos oscuros y brillos en plata y oro. El arte barroco no escatima en detalles. Este movimiento, surgido tras la apología de las formas equilibradas y armónicas del Renacimiento, encuentra su confort en la pomposidad y el exceso. Nacido en Italia a principios del siglo XVII poco a poco fue instaurándose en las cortes europeas, alcanzando su apogeo con el Rococó y sus espectaculares lámparas de araña, consolas con acabados dorados, marcos con filigranas infinitas, piezas metalizadas... ¡Y todo lo tienes en esta selección!