El color blanco, con su radiante belleza, se apodera de los escenarios clásicos para hacerlos aún más relajados y serenos. Los pequeños detalles, como los muebles de patas torneadas y los suaves tapizados, conquistan la decoración y crean ambientes evocadores que invitan a soñar. Así es el clásico romántico. Un estilo eterno y con mucho encanto del que nos enamoramos cada día un poco más.