La Real Fábrica de Cristales de La Granja nació en el siglo XVIII al calor de la dinastía borbónica para reducir la importación de objetos de lujo creando piezas con los avances artísticos más ambiciosos de la Europa ilustrada. Gracias a la destreza de los maestros sopladores de hoy en día, la fabricación artesanal se mantiene fiel a la tradición con piezas como estas. Dignas de una mesa de reyes.