Sus 75 metros cuadrados se nutren de recuerdos, objetos de diseño, piezas de museo y obras de arte que ha ido recopilando su propietario, el alemán Andreas Haumesser, y que cuidadosamente ocupan un lugar en su apartamento de Múnich. Su estilo es único, ecléctico y destaca por la combinación de piezas dispares que conviven bajo el mismo techo en un interior que rebosa personalidad.