La perspicacia de algunos neoyorquinos para hacer frente a los elevados alquileres de pisos y apartamentos en Manhattan dio lugar a una de las tipologías de viviendas que más triunfaron durante la segunda mitad del siglo pasado, y cuya estética permanece a día de hoy como una de las más atractivas: los lofts. Lecrin traslada el encanto de estas viviendas originalmente improvisadas en fábricas y naves industriales a sus fantásticos muebles y complementos. Hierro, madera, líneas rectas y el aire desgastado son las claves para crear un ambiente tipo loft, libre de adornos superfluos y con alma fabril. ¡Formas básicas y puras a las que no les falta encanto!