Mantenernos eternamente jóvenes. Ese parece ser el mantra de nuestra sociedad, pero seguirlo al pie de la letra es un espejismo. Por eso decidimos mirar a Japón y a su paradigma estético y filosófico del wabi sabi, según el cual una persona, un objeto o un espacio que revela sus imperfecciones también muestra el modo en que la vida ha pasado por él. Y eso siempre resultará hermoso.