Hay pocas sensaciones comparables a las de pasear por un mercadillo vintage. Mientras recorres sus paradas casi pueden oírse los susurros de las cientos y cientos de historias distintas que cuentan los objetos. Un antiguo reloj que quedó anclado al pasado a las 5 de la tarde, esperando que alguien lo rescate su letargo dándole cuerda, portavelas que alumbraron una casa solariega cuando aún no había electricidad o un baúl que todavía guarda los sellos y señas de sus viajes a ultramar. Te invitamos a pasear por las imaginarias calles de Portobello en Londres, del mercado de las pulgas de París o del Maxwell Street Market de Chicago para que descubras verdaderos tesoros de aire vintage.