Cada material tiene sus propias características únicas y requiere un cuidado específico para mantener su belleza y durabilidad. Siguiendo sencillas pautas de mantenimiento, podrás asegurarte de que tu producto se mantenga en excelentes condiciones y siga realzando tu hogar durante muchos años.

Para el mantenimiento regular, limpia la superficie con un paño suave y húmedo, seguido de un paño seco y sin pelusa para evitar marcas. Esta rutina sencilla ayudará a mantener su brillo. Evita productos químicos agresivos o limpiadores abrasivos, ya que pueden rayar la superficie.