Introducción y propiedades
La madera maciza es un material natural y, como tal, presenta variaciones únicas de veteado y color. Su superficie cambia con el paso del tiempo debido a la exposición a la luz. Al ser un material vivo, la madera responde a su entorno: puede secarse y contraerse con el aire cálido y seco, mientras que la humedad elevada puede hacer que se expanda. Estas propiedades naturales confieren a la madera maciza una belleza inconfundible y, con los cuidados adecuados, puede alargar considerablemente su vida útil.
Tratamiento general
Para el mantenimiento diario, simplemente limpia la madera maciza con un paño húmedo limpio y bien escurrido. Si se acumula alguna mancha o suciedad, utilice una solución jabonosa suave o un limpiador de madera suave. A continuación, pasa un paño seco para eliminar el exceso de humedad. Mantén la madera alejada de la luz solar directa para evitar que se decolore y no la coloques cerca de fuentes de calor fuertes, como chimeneas o radiadores, ya que el calor extremo puede deformarla. También es mejor cubrir la superficie con materiales transpirables durante largos periodos sin utilizarla, y mantener un nivel de humedad ambiental entre el 40% y el 60%.