Introducción y propiedades
El mármol es una piedra natural apreciada por su belleza atemporal y sus patrones únicos. Su superficie porosa le da carácter, pero también requiere un poco más de cuidado para mantener su apariencia elegante. Como material natural, el mármol es inherentemente único: las sutiles variaciones en color y patrón son parte de su encanto, lo que asegura que no haya dos piezas exactamente iguales.
Tratamiento general
Para mantener el mármol en excelentes condiciones, es fundamental limpiarlo con regularidad y atender los derrames de inmediato. Elimina el polvo con un paño suave y, para una limpieza más profunda, pasa un paño limpio y húmedo. Si es necesario, usa jabón neutro, pero asegúrate de enjuagar bien para eliminar cualquier residuo. Después, seca completamente la superficie. Al ser un material poroso, es importante no dejar que los líquidos, incluida el agua, se sequen sobre la superficie. Evita limpiadores abrasivos, aerosoles para el polvo, abrillantadores o productos químicos agresivos que puedan dañarlo. Además, al tratarse de una piedra natural, el mármol es sensible a la humedad y a sustancias ácidas. Protégelo de derrames, especialmente de líquidos con color como vino, kétchup, café o jugo de frutas, así como de líquidos ácidos como el vinagre. Seca cualquier derrame de inmediato para evitar manchas o decoloraciones.