Mesa de la cocina con comida, exprimidor de zumos y estantería de pared

Acogedoras y llenas de encanto, las cocinas rústicas nos invitan a cocinar a fuego lento, a disfrutar del momento y a cuidar cada detalle. Aquí, las prisas de la ciudad se desvanecen y todo nos invita a descubrir los beneficios de la slowlife. Pero… ¿hay que esperar a tener una casa rústica para disfrutar de ellos? No tienes por qué. También en un piso de ciudad podemos tener una cocina rústica. ¿Cómo? Decorándola con un look vintage muy skandi. 

Cocinas rústicas de look skandi 

Aquí, la madera blanca es la protagonista. Los muebles con molduras y vitrinas, y tiradores de metal en forma de concha o con piezas cerámicas, son la base. El color blanco es el más usado en este tipo de cocinas, un blanco lleno o bien decapado, aunque también puede utilizarse el beige, el gris piedra o incluso el verde menta para looks más alegres y retros. La madera, sin embargo, no es el único material que las hace destacar. En las cocinas rústicas de estilo skandi no debe faltar tampoco…

  • Fregaderos retro de cerámica blanca.
  • Encimeras de madera de haya. Barras donde colgar desde cucharones hasta tablas de cortar de madera.
  • Estantes con tarros de cristal o cerámica, listos para guardar los productos de más uso: harina, pasta, cereales, etc.
  • Piezas diversas en latón, cerámica o loza blanca, y madera ¡cómo no! Desde jarros hasta boles, cuencos o pequeñas ollas.
  • Pizarras en las que apuntar la receta de un pastel delicioso o los productos que hay que reponer en la despensa.
  • Trapos, manteles, individuales o servilletas de algodón o lino, lisos o con sencillas rayas o cuadros.
  • Detalles decorativos de decoración del hogar como cajas de madera, macetas con plantas aromáticas o recipientes realizados en malla de gallinero, un detalle de decoración para la casa muy, muy vintage.

5 muebles y auxiliares must have en las cocinas rústicas

  1. Una mesa de oficina recuperada: los muebles con historia, restaurados pero permitiendo que la huella que ha dejado el paso del tiempo luzca con toda su belleza, son piezas que no faltan en las cocinas rústicas.  
  2. Un carrito con ruedas o no para tener a mano las frutas y verduras en bonitas cajas o cestos de fibras. 
  3. Alacenas de madera en las que guardar la vajilla más retro: piezas de cerámica blanca, estampada o de colores suaves y vasos o copas de cristal tallado.  
  4. Estantes para llenar con colecciones de latas vintage, de cerámica o de libros de recetas. En la decoración de cocinas rústicas no hay miedo de dejar a la vista diferentes detalles de decoración del hogar porque todo suma en el look encantador y desenfadado de las cocinas rústicas.  
  5. Sillas de madera de estilo Thonet, de fibras naturales o taburetes que combinan madera y metal de acabado desgastado. 

¡Ah! Y no queremos olvidarnos: no hay alicatados hasta el techo en las cocinas rústicas. Aquí, se combina la pintura con los antepechos alicatados con azulejos, sobre todo, de tipo metro o cuadrados, una forma muy utilizada en las cocinas de nuestros abuelos.

Del look industrial al alpino

Pero no todas las cocinas rústicas tienen aire vintage. Las hay con un innegable estilo industrial. Las maderas, oscurecidas y de poro abierto, nos hablan de espacios con carácter e historia. Aquí, el metal negro se alía con la madera para crear cocinas con mucha personalidad y fuerza, lejos de la suavidad luminosa de las cocinas rústicas de look skandi. Los taburetes, los focos y las lámparas de metal negras, son detalles de decoración del hogar que no deben faltar en una cocina de este estilo. ¿Y las cocinas rústicas de look alpino? En madera natural, con frentes lisos o alistonados, no solo en los muebles sino también en las paredes, parecen cocinas sacadas de un refugio de alta montaña. Ultra acogedoras.

Sean como sean, nos encantan las cocinas rústicas, una invitación a vivir la vida con calma y a recuperar las deliciosas recetas de nuestras abuelas. ¡Que aproveche!