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Pensar en el estilo nórdico nos retrotrae de inmediato a la elegancia y la calidez. Por eso, un comedor nórdico es un lugar fetiche para resguardarse del frío, con mucho glamour, en los largos inviernos. Esta tendencia, tan características por sus líneas muy depuradas, su elegante sencillez y un diseño muy cuidado que presta especial atención a la funcionalidad, es una de las favoritas de las familias. Por eso, en Westwing hemos elaborado una completa guía de diseño para que sepas cómo construir, paso a paso, ese comedor nórdico que te fascina y que tienes en mente.

3 Claves de un comedor nórdico en el que pasar el invierno

En el interior de este espacio acogedor, cómodo y práctico, nos podemos imaginar perfectamente pasando una velada agradable con nuestra familia y amigos. No nos gustaría que el comedor, ese espacio tan importante para el encuentro en el hogar, fuese impersonal y frío. Por el contrario, buscamos en él la calidez y, para ello, el estilo nórdico se vuelve ideal.

Si el nórdico nos gusta tanto para resguardarnos del invierno es porque nace en los países que mejor conocen esta estación. Noruega, Suecia, Dinamarca, Finlandia e Islandia conocen al dedillo esta tendencia que han perfeccionado durante años.

Elige unos muebles resistentes para tu comedor nórdico

La mirada sobre la funcionalidad y durabilidad del mobiliario en el estilo nórdico se debe en gran parte a la acción de las bajas temperaturas. La idea es hacerse con unos muebles fuertes y duraderos. Y lo cierto es que siempre es esta la mejor opción. El roble, el cerezo y la haya son las maderas preferidas para el mobiliario en este estilo.

Materiales y fibras naturales en tu comedor nórdico

Las culturas escandinavas están estrechamente ligadas a la naturaleza, de ahí que los materiales que se utilicen en este tipo de decoración sean de origen natural como la madera, que además es muy aislante y sirve para proteger la casa de las bajas temperaturas.

Llena de luz tu comedor nórdico

La iluminación es uno de los grandes secretos del estilo nórdico. Consíguela en el comedor dotándolo de grandes ventanas. Y haz que el blanco sea el color rey. Los tonos claros, tanto en las paredes como en el mobiliario, harán que la estancia sea mucho más luminosa y parezca más grande.

Si cuentas con un espacio reducido en tu hogar, el estilo nórdico te permite aunar estancias y quizás sea una buena idea tirar tabiques y unir el salón y el comedor en una misma habitación para aprovechar al máximo el espacio. No temas: la funcionalidad y el orden del estilo nórdico te garantizan la paz en la estancia.

Menos es más en tu comedor nórdico

Amar el estilo nórdico es amar lo sencillo. Es su base absoluta. Funcionalidad, minimalismo, sencillez. Haz que sean estos los criterios por los que rijas cualquier elección para la composición de tu comedor nórdico.

Si hay alguna pieza en el comedor que no cumpla ninguna función, elimínala. Apuesta por líneas sencillas y acabados en madera natural, combinados con tonalidades claras.

Un contraste vibrante

La monocromía del estilo nórdico solo es rota por algunos toques vibrantes de color. Para contrastar con los tonos suaves y claros, puedes utilizar pequeños elementos en colores vivos en la decoración de tu comedor. ¿Qué tal un toque en rojo, azul o verde para las mantas, los cojines y las alfombras? No te excedas, eso sí. Recuerda que al verdadero estilo nórdico lo caracteriza la sutileza.

Mantas y cojines: un comedor nórdico en el que apetece quedarse

Ya hemos dicho que una de las claves por las que todo el mundo quiere imitar el estilo nórdico es por lo apetecible que resulta quedarse en el interior de estos espacios.

Además del orden de su mobiliario modular, de la sencillez de sus acabados en madera y de la naturalidad de sus materiales, lo que distingue sin duda el estilo nórdico es su apuesta por elementos textiles muy cálidos. ¿Cómo si no evitar el frío? Por eso, es muy habitual encontrar en salones y comedores nórdicos alfombras de piel sintética, amorosas mantas de lana o cojines. Las velas, otro elemento ideal para generar intimidad y transformar las atmósferas, son también un imprescindible.

La mesa: el elemento principal

Si hay un objeto entorno al que todo gira es la mesa de comedor estilo nórdico, el auténtico must de esta tendencia. Ningún comedor nórdico que se precie va a prescindir de una mesa que robe el máximo protagonismo al espacio.

La mesa de comedor nórdico debe ser suave y delicada, como marca este estilo, pero de gran tamaño y con mucha presencia. Elígela en madera al natural y combínala con tonos blancos y arena o permítete pequeños toques salmón en la pared. El juego perfecto con tu mesa de comedor estilo nórdico.

Un pequeño jardín vegetal para escapar de la ciudad

Por último, el toque de gracia en tu comedor nórdico lo dan las plantas de interior. Disfrutarán de la luz que entra en la estancia gracias a los grandes ventanales del comedor. Y podrás ponerlas en cualquier lugar.

Haz que coronen las encimeras, atrévete a elegirlas con hojas que caigan sobre las estanterías, sitúa alguna de grandes dimensiones verticales para alegrar un rincón o apúntate a la última moda y haz que cuelguen del techo, a juego con tus lámparas.

El toque más natural para la madera de tu comedor nórdico son las plantas que compongan un pequeño jardín vegetal en el que te gustará, también, resguardarte del frío invernal cuando no te apetezca salir a la intemperie.

Interiores sublimes y majestuoso en tonos claros que contrastan con pequeños matices oscuros o toques de color vibrante. Cojines, mantas y alfombras de piel sintéticas en armonía con los tonos naturales de la madera de pino. Sencillez, funcionalidad, calidez y equilibro. Son muchos los motivos por los que es fascinante construir un comedor nórdico, ese espacio en el que apetece quedarse a pasar el invierno.