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Los colores cálidos son aquellos que se ubican en la mitad superior del círculo cromático. Un tono se considera cálido o frío en función de cómo lo percibe el ojo humano y la interpretación de la sensación térmica que provoca en el cerebro. La paleta de colores cálidos destacan por su carácter dinámico y acogedor y se utilizan para inspirar pasión, entusiasmo, intimidad y cercanía. Un consejo: usa los cálidos más claros para estancias que necesiten más luz y los cálidos oscuros para dar un extra de personalidad.

Gama de colores cálidos

Los colores cálidos son los que van del rojo al amarillo, pasando por naranjas, marrones y dorados. Cuanto más rojo tenga un color en su composición, más cálido será.

La cromoterapia es una disciplina terapéutica que estudia las propiedades que ejercen los colores sobre nuestro cuerpo y mente. Está comprobado que las tonalidades tienen la capacidad de ejercer ciertos beneficios para estimular o restringir emociones. Así que, según el “doctor color”, estas son algunas de las propiedades de los tonos cálidos:

  • El color rojo significa energía y pasión. Transmite mucha vitalidad a los espacios, así que es mejor reservar los tonos rojos para zonas de trabajo y dejarlo de lado en lugares como el dormitorio, ya que no ayuda a descansar. En pequeñas dosis y en sus versiones más claras o granates resulta elegante.
  • El color tostado o dorado aporta seguridad, equilibrio y comodidad. Combina con todo y, dentro de los cálidos, se podría decir que es el más neutro y soft.
  • El color naranja estimula el apetito, combate la pereza, es alegre y vivaz. Uno de los tonos otoñales por excelencia, junto con rojos y amarillos, que atrae el calor al hogar. Aumenta la energía, es tonificante y hasta está indicado para problemas respiratorios.
  • El color amarillo representa optimismo y alegría. En cromoterapia, es un color purificante y antidepresivo. Se trata de un tono atrevido que se adapta a cualquier zona de la casa por su luminosidad. Incita a la conversación.

Cómo combinar los colores cálidos entre sí

Si lo tuyo es el estilo clásico a prueba de modas, las pinturas de colores cálidos, como el ocre, los arenas o beiges, te permitirán diseñar un espacio equilibrado. El secreto para combinar colores cálidos está en hacerlo en su justa medida, ya que son imprescindibles en el interiorismo, pero sin pasarse. Algunas uniones que funcionan son:

  1. Naranja + ocre + amarillo = Colores de otoño. Con esta gama crearás una sensación otoñal que subirá la temperatura y luminosidad de tu casa. Aplícala en el salón mediante tejidos que se complementen.
  2. Rojo + Salmón = Fuerza e impacto. La unión de estos dos tonos puede quedar muy estilosa en complementos. Es chic, jovial y alegre, ideal para dormitorios infantiles.
  3. Burdeos + mostaza = Elegancia que no pasa inadvertida. Esta combinación de cálidos, sobre un fondo blanco roto, puede crear escenas acogedoras.

Cómo combinar colores fríos y cálidos

Para rebajar la intensidad de los colores cálidos es bueno combinarlos con tonalidades más frías. De este modo, los ambientes respirarán equilibrio. Existen diversos modos de unir colores fríos y cálidos, dependiendo de los efectos que deseemos:

¿Buscas contraste?

Entonces opta por el truco de combinar colores opuestos dentro del círculo cromático, como el violeta y el amarillo. Mejor si uno tiene más presencia que el otro, para que no resulte una mezcla demasiado explosiva. Si incluyes otros colores, como el blanco y los neutros, aligerarás el peso de los dos opuestos. Un naranja y un azul puede ser la combinación estimulante perfecta para una habitación infantil.

¿Buscas moderación?

El truco será basarse en el mismo principio que la contrastada, pero en lugar de escoger un color y su contrario dentro del círculo cromático, se elige un color y los dos que se sitúan a ambos lados de su contrario, para propiciar un degradado más suave. Por ejemplo,  unir naranja, violeta y verde quedaría bien, siempre y cuando reserves la tonalidad más clara para la superficie más grande, como un sofá, y las otras, más intensas, en los accesorios.

¿Buscas armonía?

Pues combina tres tonos consecutivos dentro del círculo cromático, que pueden ser solo fríos, solo calientes o fríos y calientes. Uno de ellos debe ser el color dominante y los otros dos en pequeños detalles, como en estampados.

¿Buscas sencillez?

Apuesta por una paleta monocromática. Toma un color como referencia y aplícalo en paredes, textiles y complementos, variando solo su tonalidad (intensidad).

Seguro que con todas estas sugerencias ya habrás entrado en calor. Y es que los colores cálidos son capaces de transformar cualquier atmósfera con su potente presencia. Pero ojo, ¡no te quemes!

Añade colores cálidos con tus muebles y accesorios